20.07.2011 20:22

Érase una vez en una vereda muy lejana del pueblo La Colinita. Cuentan los abuelos que hace muchos años atrás, una pareja de esposos vivía sola, pues no tenía hijos. Salía mucho a visitar los familiares. En uno de esos viajes se fue sola la mujer de visita, pero lo que su esposo Dionisio no esperaba es que ella iba a morir trágicamente en el viaje. Dionisio quedó muy triste y decidió enterrarla en el patio de su casa para no separarse más de ella. Cuentan que se veía la sombra de ella acompañando a Dionisio.

Pasaron muchos años y Dionisio cada vez más estaba amargado y solo, no le gustaba que lo visitaran ni mucho menos salir, hasta que murió con el recuerdo de su esposa.

Después de que Dionisio murió, no sólo se veía la sombra de su esposa, sino que también se escuchaban pasos, voces, cadenas arrastrando; se apagaban y prendían las luces. Lo peor es que no había luz, nadie quería habitar "la casa del miedo", como la llamaban en el pueblo.

Un día, un grupo de amigos hicieron una apuesta: quién aguantaba más tiempo en la casa; pero esto no fue posible, ya que los amigos al entrar temblaban de miedo, sintieron una sombra tras ellos, y, fuera de eso, un susurro como un viento. Al sentir todo esto, ninguno permaneció en la casa y todos salieron corriendo de allí.

Cuentan los curiosos que Dionisio no sólo cuidaba de su esposa, sino que además tenía un tesoro escondido; y dicen que si por la noche se escuchan alaridos, ruidos de cadenas o ven una sombra, es porque el alma de Dionisio y el de su esposa están cuidando el tesoro. Y si buscas, seguramente encontrarás el tesoro escondido de Dionisio.

 Jaider Alexander Marín Olaya. Grado 3°-8.  2011.